Según varios autores, entre ellos Miguel de Unamuno, ‘Saxum’ es el nombre que los viajeros que pasaban en barco daban a la costa de Gijón. Viene del latín y significa ‘roca’ o ‘peñasco’. Y ese es precisamente el ecosistema en el que se centra Saxum: el intermareal, los pedreros que quedan descubiertos cuando baja la marea y sumergidos cuando sube.
Los campamentos empiezan por la mañana y terminan en las primeras horas de la tarde. En verano, el foco principal es la biodiversidad costera. Arman a los niños con lupas, prismáticos y microscopios, y se adentran en la ecología local. A medida que encuentran distintas especies, aprenden a identificarlas y a reconocer a las invasoras. “Aprovechando la luna y las mareas, hacemos exploraciones del intermareal”, explica Diego. “Vamos identificando según la marea nos permita.”
¡Mira algunos animales que se encontraron en el pedrero!

Cangrejos ermitaños

Pulpo
Ese es uno de los puntos de encuentro con el surf. “El surf no deja de ser una interpretación del mar, de los períodos entre ola y ola, de los vientos y el entorno. Es una interpretación más, que, si no la tienes, no puedes practicar el deporte.” En verano hacen dos clases de surf a la semana, y aprovechan para identificar las especies que no se encuentran en el pedrero, como el pez ballesta.